BÚHO
DE 
BARRO

Los Bosque Escuela son una propuesta educativa que adopta el aire libre como ambiente de aprendizaje y el interés primario del niño como motor principal. 

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Los Bosque Escuela son un enfoque innovador en materia de educación reconocido a nivel nacional en países escandinavos desde hace 50 años y en el Reino Unido desde los años 90. Hoy en día, esta metodología es reconocida a nivel mundial (Australia, Canadá, Dinamarca, EEUU, España, Francia, Noruega, Reino Unido…) y poco a poco va creciendo por el mundo.

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El espíritu de los Bosque Escuelas se basa en el respeto fundamental por los niños y los jóvenes y su capacidad para investigar, probar y despertar su curiosidad por el mundo que los rodea. Creemos en el derecho de los niños a jugar, el derecho a tener acceso al aire libre (en particular en la naturaleza) y el derecho a tomar riesgos dentro de los parámetros de la realidad del mundo natural, el derecho a experimentar una serie de emociones a través de todos los desafíos que representa la interacción social, y el derecho a ser resilientes que favorece el desarrollo de todo su potencial y el compromiso continuo y creativo con el medio ambiente y la sociedad en general. 

 

Los Bosque Escuelas se basan más en el proceso de aprendizaje que en el contenido. Esto significa que, en la práctica, los Bosque Escuelas se liberan de las limitaciones que suponen las actividades planificadas para vivir juntos experiencias no planificadas, inesperadas y, en última instancia, ilimitadas. Alentamos a los niños, niñas y jóvenes a ser dueños de su propio aprendizaje; esto a menudo requiere un esfuerzo de canalización por parte del Líder del Bosque Escuela a través de juegos estimulantes al aire libre o mediante el andamiaje del aprendizaje autorregulado de un niño, niña o joven; pero, sobre todo, observando cómo los niños, niñas y jóvenes se comportan al aire libre y en contacto con la naturaleza.

 

En regla general, un entorno natural es fundamental para apoyar este enfoque muy dinámico del aprendizaje, empezando por el cambio de estaciones hasta la contemplación de un árbol viejo o de un ambiente al aire libre que representa una fuente infinita de olores, texturas, sonidos y sabores, y el legado histórico, cultural, espiritual y mitológico que habla de nuestra profunda relación con los árboles, los animales, las plantas y la naturaleza en general a través de los siglos.

 

La exposición directa a la Naturaleza es esencial para el desarrollo humano: físico, emocional y espiritual. El cerebro humano está programado para relacionarse orgánicamente con otros seres vivos. Entender y respetar al mundo natural desde la temprana edad, nos permitirá cuidarlo, valorarlo y amarlo. 

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